Obra de George Balanchine se presentará los días : 8, 9, 10, 15, 16 y 17 de septiembre. El espectáculo incluirá tres trabajos originales del director Jimmy Gamonet. El Ministerio de Cultura anuncia la segunda temporada 2017 del Ballet Nacional del Perú, que constará de cuatro estrenos locales: Apolo del coreógrafo estadounidense George Balanchine, Bach en tres movimientos, Partita y Purple Bend II del director Jimmy Gamonet, obras con las que reflejará el impulso de la compañía hacia el estilo neoclásico.
Combinando elementos del ballet clásico y de la danza moderna, Apolo (con música del compositor ruso Igor Stravinsky) fue el trabajo que revolucionó el género a finales de la década de 1920, estableciendo los parámetros fundamentales del ballet neoclásico.
Hoy, el neoclasicismo es la tendencia dominante en el panorama mundial de la danza y es el estilo que Jimmy Gamonet, importante referente por su labor de 15 años como coreógrafo residente del Miami City Ballet, está inculcando en nuestro país.
El estreno de Apolo será un hito en la historia del Ballet Nacional, elenco que celebra 50 años de trayectoria cumpliendo los estándares técnicos que exige The George Balanchine Trust, organización que resguarda los derechos para interpretar las coreografías del artista norteamericano. En definitiva, esta presentación demostrará al público que la primera agrupación de danza del Perú está a la altura de los grandes espectáculos internacionales.
Las funciones serán los días 8, 9, 10, 15, 16 y 17 de septiembre; viernes y sábados a las 8:00 de la noche y domingos a las 5:30 de la tarde. El marco musical estará a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil Bicentenario, dirigida por el maestro Pablo Sabat.
Las entradas están a la venta en Teleticket y la boletería del Gran Teatro Nacional. Menores de 12 años, jóvenes del Servicio Militar Voluntario, universitarios y estudiantes de institutos superiores, docentes de instituciones educativas públicas, jubilados, mayores de 60 años y miembros del CONADIS tienen el 50% de descuento.
Apolo, Bach en tres movimientos, Partita y Purple Bend II
Viernes 8 (Estreno) / 8:00 pm.
Sábado 9 / 8:00 pm.
Domingo 10 / 5:30 pm.
Viernes 15 / 8:00 pm.
Sábado 16 / 8:00 pm.
Domingo 17 / 5:30 pm.
RESEÑAS DE LAS COREOGRAFÍAS
APOLO
Música: Igor Stravinsky.
Coreografía: George Balanchine.
Apolo permitió a Balanchine alcanzar la madurez artística. Con la creación de esta pieza aprendió que "podía atreverme a no usar todas mis ideas, que yo también, podía eliminar… hasta llegar a la única posibilidad inevitable".
El trabajo coreográfico representa a Apolo, joven dios de la belleza, la armonía y la razón, que es visitado e instruido por tres musas: Calíope, musa de la poesía, cargando como símbolo una lápida en la que está escrito un poema épico; Polimnia, musa de la retórica, exhibiendo una máscara que representa el poder del gesto; y Terpsícore, musa de la danza y el canto, mostrando una hermosa lira.
El compositor ruso Igor Stravinsky, hombre muy interesado en la mitología griega, concibió y compuso la partitura como un ballet, permitiendo que Balanchine logre a sus 24 años el reconocimiento internacional. Esta sociedad artística duró muchos años.
BACH EN TRES MOVIMIENTOS
Música: Johann Sebastian Bach.
Coreografía: Jimmy Gamonet De los Heros.
El estilo barroco de J.S. Bach marca la pauta en este ballet neoclásico coreografiado por Jimmy Gamonet en 1984. Bach en tres movimientos sigue la tradición iniciada por Balanchine de los ballets no narrativos, cuya sustancia y raison d'être deriva de la música, no de un libreto en particular.
La originalidad de Gamonet está anclada, de esta forma, a su capacidad de intervenir estructuras musicales y captar su esencia en movimiento.
Presentando la inusual combinación de autoridad clásica e innovación moderna, la coreografía es ejecutada por una bailarina principal, dos solistas y un cuerpo de baile. El corazón de esta pieza palpita en un adagio entre cuatro bailarines y una bailarina.
Para los críticos, Bach en tres movimientos representa la pureza del neoclasicismo, libre de historias y escenografías románticas… Para Jimmy Gamonet es simplemente una oportunidad más de dibujar música en el espacio.
PURPLE BLEND II
Música: Samuel Barber.
Coreografía: Jimmy Gamonet De los Heros.
Antes de crear esta coreografía, Gamonet definió una serie de restricciones. La más obvia: sería un dúo para bailarines del mismo sexo, mujeres en Purple Bend I y varones en Purple Bend II.
También definió estrictos límites espaciales, que luego sirvieron para exagerar la sensación escultórica de la composición, una característica acentuada por la presencia enigmática de una pared roja sobre el escenario. Algunos de los retos más interesantes de este trabajo provienen de las restricciones que, a su vez, plantean las habilidades físicas de los bailarines: Purple Bend I es un estudio en torno a la gracia y delicadeza del gesto; Purple Bend II, en cambio, refleja la fuerza y virilidad.
Esta segunda versión incluye grandes cargadas, que son adecuadas para hombres, pero casi imposibles para mujeres. Las propiedades melódicas y emocionales del Adagio para cuerdas de Barber guían el ejercicio de simetría y asimetría que, a la vez que examina el espacio de manera abstracta, se convierte en una exploración de las relaciones humanas.
PARTITA
Música: Antonio Vivaldi y Georg Friedrich Händel.
Coreografía: Jimmy Gamonet De los Heros.
Control y deleite al ritmo de la música. El punto de partida de este ballet es la variedad en el diseño general de la coreografía, que es ejecutada por tres parejas principales y un cuerpo de baile compuesto por 12 mujeres y 6 hombres.
Los tres pas de deux están concebidos para ocupar su propio eje: vertical (Y), horizontal (X) y un tercero que se mueve entre los espacio de arriba abajo (Z). Una vez establecida la idea esencial de la obra, Gamonet crea las texturas, dinámica y colores necesarios a través del movimiento.
¿Y qué hay de la música? "La música barroca –dice Gamonet– transmite un comentario simple y honesto sobre su época; es entretenida y hermosa, fácil de visualizar. Su estructura permite al coreógrafo un amplio margen para crear, a su vez, su propio comentario: danza y música se convierten en una conversación enriquecedora en cuanto el intercambio de una no subyuga a la otra.
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