Acoge gran cantidad de conciertos modernos en el Foro
Nacional de la Música
La ciudad polaca de Breslavia se convertirá en los
próximos días en la "capital europea de la cultura" durante 2016
junto a la española San Sebastián, con la ambición de conseguir el Gran
Despertar.
El domingo, cuatro desfiles de bailarines y músicos,
encabezados por cuatro espíritus -Múltiples Confesiones, Innovación,
Reconstrucción y Flujo- convergerán hacia la antigua plaza del mercado para
ofrecer un relato "polifónico" de la historia de Breslavia.
El Gran Despertar es el nombre de esta
representación callejera ideada por Chris Baldwin, que dirigió las
celebraciones de los Juegos Olímpicos de Londres 2012,
con la ayuda del creador francés de espectáculos visuales Philippe
Geffroy.
Más de 100 eventos, entre ellos una exposición del
escultor español Eduardo Chillida y una serie de conciertos dedicados al
compositor griego Iannis Xenakis, acompañarán el lanzamiento de la fiesta
cultural este fin de semana, días antes de que San Sebastián inaugure el
acontecimiento entre el 20 y el 24 de enero.
A pesar del nombre del espectáculo, la cuarta
ciudad de Polonia, centro universitario e industrial muy dinámico desde la
caída del comunismo, no se ha dormido en los últimos años. Cuna del
fallecido director de teatro Jerzy Grotowski, acoge, entre otros, el festival
de cine "Nowe Horyzonty" y un gran evento musical como "Jazz
sobre el Oder".
Hace poco se dotó de una sala de conciertos, el Foro
Nacional de la Música, entre las más modernas del mundo.
- 'Aceptación total del pasado alemán' -
Pero, quizá por su pasado complejo -ciudad polaca, checa,
integrada al imperio de los Habsburgo y fortaleza de la alemania nazi-, la
ciudad enfrentaba problemas para encontrar su identidad.
En 1945, los bombardeos soviéticos arrasaron el 70% de su
superficie. Tras la marcha de los alemanes, Breslavia fue poblada por
polacos procedentes sobre todo de Leópolis -que pertenece actualmente
a Ucrania- y acogió a importantes grupos de judíos y griegos, convirtiéndose
en un crisol de culturas con una identidad borrosa pero con un espíritu
pionero.
La comunidad judía vivió un renacimiento y es hoy en día
una de las más dinámicas de Polonia. Pero las huellas del antisemitismo aún no
han desaparecido por completo: en noviembre, la justicia abrió una
investigación tras una manifestación antimigrantes durante la cual se quemó un
maniquí que representaba a un judío.
El acontecimiento que consolidó la identidad
de sus habitantes fue la gran inundación de julio de 1997. "Hasta
los delincuentes trajeron sacos de arena para detener el agua. Esto concluyó el
proceso de asimilación de la ciudad", cuenta Grzegorz Roman, consejero del
alcalde de Breslavia.
Según él, los habitantes han logrado una
"aceptación total del pasado alemán". Se
erigió un monumento para la Memoria Común -un muro de granito construido con
lápidas procedentes de las cementerios alemanes arrasados durante la época
comunista.
Un escritor de la ciudad, Marek Krajewski, tendió
"un puente literario" con el pasado. En una serie de novelas
policíacas cuyo protagonista es el detective Eberhard Mock, cuenta con cantidad
de detalles precisos la vida cotidiana de la Breslavia alemana del periodo de
entreguerras.
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