jueves, 29 de diciembre de 2016

Una máquina distribuidora de cuentos

Una empresa francesa ha desarrollado un aparato que imprime relatos y poemas que pueden leerse en apenas unos minutos. El objetivo es promover la lectura en los lugares públicos como estaciones de trenes, centros comerciales u hospitales.

Pedir un cuento corto en una máquina, como se pide un café o una golosina. Desde hace algunos meses esto es posible en numerosos puntos de Francia gracias al Distribuidor de Historias Cortas (Distributeur d’Histoires Courtes), un invento de una pequeña editorial llamada Short Edition en la ciudad de Grenoble, en los Alpes franceses.
El principio es muy simple: una máquina con tres botones según el tiempo de lectura que se disponga: 1, 3 o 5 minutos. Unos segundos después de apretar el botón el cuento aparece impreso en una tira de papel de 8 cm de ancho. La máquina selecciona aleatoriamente un cuento de entre 50.000 escritos, poemas y cuentos, resguardados en una base de datos a distancia.


“La idea del proyecto es adaptar la literatura a las nuevas formas de vida y de lectura y combinarla con la tecnología moderna. Muchas veces no tenemos tiempo para leer libros muy largos. De esta forma, ofrecemos la posibilidad de leer en momentos en los que tenemos que esperar y es tan fácil como pedir un café”, explicó a RFI Côme Sibieude, miembro del equipo de Short Edition.
El proyecto comenzó a desarrollarse en 2011 en la ciudad de Grenoble con la ayuda del alcalde de la ciudad, Eric Piolle. Luego de aprobado el prototipo, las primeras máquinas de cuentos se instalaron en varios puntos de la ciudad. Pero el éxito ha sido tal que rápidamente el invento ha sido replicado en todo el territorio nacional. Actualmente hay unas 70 máquinas en toda Francia y una en San Francisco por pedido del cineasta Francis Ford Coppola.
Short Edition ha recibido otras solicitudes de Austria, España y varios países de América Latina.

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